La columna vertebral está constituida por una serie de huesos individuales llamados vértebras, que se disponen por la espalda conectando el cráneo con la pelvis. Con el fin de otorgar un espacio entre cada vertebra, y de suministrar con ello una función de amortiguación y movilidad, las vertebra se encuentran separadas por unas almohadillas planas conocidas como discos intervertebrales. Cada disco está formado por un núcleo pulposo rodeado por una capa exterior dura y fibrosa llamada anillo fibroso.

1. ¿QUÉ SON LAS PROTUSIONES, Y EN QUÉ SE DIFERENCIAN DE LAS HERNIAS DISCALES?

Una protusión discal (PD) ocurre cuando, a consecuencia de una degeneración del disco, el anillo fibroso que recubre el núcleo pulposo se desgarra parcialmente, perdiendo su forma habitual. Es la lesión que precede a la hernia discal (HD). En esta última, el disco intervertebral se rompe, y su núcleo se desprende, (total o parcialmente), al exterior. Dicho desprendimiento provoca una diminución del espacio intervertebral, y con ello una mayor compresión de las raíces nerviosas que discurren por él, causando los síntomas clínicos característicos.

2. SÍNTOMAS DE LA HERNIA DISCAL

La mayoría de las HD tienen lugar en la columna lumbar, aunque también pueden darse en la columna cervical y con menos recurrencia en la columna dorsal. Dependiendo de la zona en la que se encuentre la HD, algunos de los síntomas más frecuentes son:

  • Dolor en piernas o brazos
  • Entumecimiento u hormigueo (por la compresión de las raíces nerviosas)
  • Debilidad de los músculos

3. DIAGNÓSTICO

El diagnóstico de una HD comienza con un examen físico de la columna vertebral y las extremidades (superiores u inferiores). Se tiene en cuenta la flexibilidad, la movilidad, los síntomas de dolor, y las señales que puedan indicar que existe un compromiso nervioso (Ej. hormigueo). El examen físico puede completarse con pruebas de imagen (Radiografías o Resonancia Magnética Nuclear).

4. ¿CÓMO PUEDE AYUDARNOS EL PILATES?

El Pilates Terapéutico (PT) puede ser beneficioso para paliar la sintomatología derivada de estas lesiones. Esta terapia emplea ejercicios en los que prima el control muscular y la coordinación del cuerpo. Los beneficios del PT son:

  • Mejora de la postura
  • El estiramiento axial de la columna aumenta el espacio entre las vértebras, liberando con ello el “atrapamiento” de las raíces nerviosas, reduciendo y/o eliminando el dolor.
  • Fortalecimiento de la faja abdominal, sobre todo, del músculo transverso del abdomen, que es el encargado de mantener la columna vertebral erguida y de proteger la estructura vertebral.